El aumento de la pobreza en la región Arequipa está estrechamente relacionado con el aumento de la desnutrición y anemia, ya que puede limitar el acceso a alimentos nutritivos y saludables. Según el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social, la pobreza monetaria ha ido en aumento en los últimos años: en el 2018, casi el 9% de la población en Arequipa se encontraba en situación de pobreza y al 2023 esa cifra aumentó a 14%. En tanto, en el mismo periodo, el 40% de los niños y niñas de entre 6 meses y 3 años presentó anemia, casi 6 puntos porcentuales más frente al 2022 (34%).

“La pobreza limita el acceso a alimentos nutritivos, dificultando la adquisición de productos ricos en hierro, un nutriente esencial para el desarrollo infantil. La carencia de hierro puede provocar anemia, especialmente en niños que no consumen suficientes alimentos como carnes rojas, pescado, cereales integrales y legumbres. Esta condición afecta su desarrollo físico y cognitivo, reduciendo su capacidad de aprendizaje y, con ello, su productividad futura. Esto aumenta las probabilidades de que, en la adultez, consigan menos oportunidades laborales y económicas, perpetuando el ciclo de pobreza”, indicó Patricio Lewis.

“Recordemos que la falta de acceso a empleos formales y dignos perpetúa la vulnerabilidad de las personas de bajos recursos, restringiendo su capacidad de mejorar su situación económica”, agregó.

Sin embargo, el problema no termina allí. Actualmente, más del 34% de arequipeños es vulnerable a caer en pobreza y los distritos más golpeados por la precariedad económica son Puyca, Tisco y Alca. La región, además, registra 16.8 puntos en el Índice Global del Hambre (IGH), 4.8 más que en el 2019; es decir, más personas no se alimentan con los nutrientes necesarios para tener una vida sana. Este resultado se obtiene a partir de indicadores clave como la inadecuada oferta alimentaria, la desnutrición y la mortalidad infantil.

Los efectos irreversibles de la anemia

Patricio Lewis resaltó que la anemia en edad temprana ocasiona efectos irreversibles sobre el desarrollo neurológico y físico. La alta prevalencia de esta enfermedad expone deficiencias nutricionales críticas, asociadas a un acceso insuficiente a alimentos ricos en hierro y otros micronutrientes esenciales, lo que refleja fallas en la seguridad alimentaria y en las estrategias de intervención nutricional.

Además, según UNICEF, un niño que padece anemia durante los primeros tres años de vida puede reducir hasta un 9% su capacidad de aprender en comparación con un niño saludable. Esta situación crea un ciclo de pobreza, donde la falta de recursos alimentarios impide el progreso.

Considerando esta situación y reconociendo que la pobreza representa una problemática multidimensional, el especialista subrayó la necesidad de implementar políticas de inclusión social integrales que garanticen el acceso equitativo a servicios básicos, así como la promoción de empleo formal. Estas políticas deben enfocarse en la creación de empleos bien remunerados, con condiciones laborales justas y la provisión de oportunidades de desarrollo profesional, con el fin de mejorar la estabilidad económica y reducir las desigualdades estructurales a largo plazo.

"Para romper el ciclo de la pobreza, es esencial fomentar la creación de empleos de calidad que proporcionen ingresos adecuados. Es urgente que las autoridades, el sector privado y la sociedad civil trabajen de manera conjunta para implementar políticas públicas que promuevan la capacitación técnica y el aumento de la productividad, con el fin de generar mejores condiciones para el desarrollo regional”, concluyó el investigador de REDES.