
Más de 220 docentes contratados de una universidad pública ha denunciado una situación de precariedad laboral tras ser retirados arbitrariamente de sus cargos y pasados a la condición de “profesores invitados”, a pesar de cumplir con los requisitos establecidos por la ley para el nombramiento.
Según los docentes, muchos de ellos llevan entre 7 y hasta 14 años trabajando en la institución sin lograr acceder a una plaza fija. La Ley Universitaria establece que un docente contratado puede acceder al nombramiento tras tres años de trabajo continuo, siempre que haya ingresado por concurso público y cuente con al menos el grado de magíster. Aquellos con doctorado o con labor como investigadores suman puntos adicionales al proceso.
Pese a una ley aprobada el año pasado que habilita el nombramiento de profesores que cumplen los requisitos legales, la universidad habría optado por declarar el año académico como “de emergencia”, decisión que fue utilizada para retirarlos de sus plazas. Esta medida ha sido calificada por los afectados como arbitraria e ilegal.
Los docentes, ahora bajo la figura de invitados, denuncian no contar con seguro social por varios meses al año, no recibir bonos ni beneficios como la escolaridad, e incluso percibir sueldos bajos que no se condicen con su formación académica ni trayectoria profesional. “Estás ganando un sueldo como que fueras subempleado”, se lamentó uno de los voceros.
Desde agosto del año pasado, los profesores contratados han sostenido conversaciones con las autoridades universitarias sin obtener soluciones concretas. En una reciente mesa de diálogo, los docentes presentaron propuestas para su reincorporación temporal mientras se resuelve el proceso de nombramiento ante los ministerios de Educación y Economía. Sin embargo, aseguran que la universidad no ha mostrado voluntad para ceder ni ha planteado alternativas.
“Nos dicen que no hay presupuesto, pero al mismo tiempo existen ‘planillas doradas’ y bonos para algunos funcionarios”, cuestionaron, señalando los altos sueldos de rectores y vicerrectores frente a los ingresos mínimos de muchos docentes invitados y jefes de práctica.
Finalmente, hicieron un llamado a las autoridades y decanos a mostrar empatía, a sentarse a dialogar y a no mantenerse indiferentes a la realidad que viven cientos de profesores. “No es ético que tú ganes 25 mil soles y que le exijas a un profesor que trabaje el doble por 700 o 1,200 soles”, concluyeron.
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